"color, geometría, transparencia, fragmentación, lirismo, melancolía, mar, barcas, horizontes, nubes, jardines, naturaleza, espíritu… "

Si tuviera que definir en pocas palabras el arte de Juan Gómez Macías el campo asociativo de términos que me vienen a la mente es el de: color, geometría, transparencia, fragmentación, lirismo, melancolía, mar, barcas, horizontes, nubes, jardines, naturaleza, espíritu… Todos estos aspectos, entre otros más, están presentes en ese universo suyo y en él coinciden para conformar una propuesta inquietante que le lleva a convidar en el plano mundos diversos, lenguajes distintos, texturas y maneras diferentes, como si se persiguiera el placer del conocimiento y de la sensibilidad a partir de la suma de momentos dispersos, de tiempos y de miradas contrapuestos, de atmósferas y de horas dispares que la geometría amarra, a veces, con hilo de plomo, para hacer de todo ello un friso de transparencias y de correspondencias.

Los colores vivísimos y sonoros de su paleta vibran ante los ojos. El agua cromática de sus mares, con olas que ondulan y generan ritmos y movimientos en el cuadro o sus cielos expresivos o sus planos de azules, de malvas o de esmeraldas apresan siempre muestras de lo enigmático. Esta liturgia nos lleva a pensar en vidrieras ideales en las que la luz interior del artista, su espíritu, su estado de ánimo se proyectara hacia fuera. Su ojo ordena el mundo así, en esa coincidencia simbólica de elementos que nos remiten con insistencia a una atmósfera marina; de mar y cielo y barcas y nubes en lo alto. De todo ello es buena muestra esta serie que el artista recoge bajo el lema genérico de Viento ilusorio del mar, título que aquí tiene un manifiesto componente testimonial y que es, en fin, de clara estirpe juanramoniana, ya presente, por otro lado, en su ciclo de Homenaje a Juan Ramón en la Gala Theater Art Gallery de Washington el pasado 2006.